Un implante dental es una solución más que útil para recuperar aquella pieza dental que, por la causa que sea, hemos perdido. Grosso modo, consiste en colocar un elemento que servirá de soporte y hará la función de raíz (artificial, eso sí) en el hueco que ha quedado con la pérdida del diente, sosteniendo el nuevo, igualmente artificial. El objetivo es que el implante dental conviva en perfecta armonía en la cavidad bucal con el resto del tejido.
La colocación del implante dental no es una de las acciones más sencillas en el campo de la odontología. Por ello, siempre ha de ejecutarla un profesional que cuente con la suficiente formación, especialización y, si fuera posible, que atesore experiencia.
Y como tal, debemos de dejar bien clara una advertencia que es común en la mayoría de los órganos reguladores y aglutinadores de la profesión: cuidado con los implantes dentales baratos; cuidado con las ofertas demasiado agresivas; y cuidado con todo lo que prometen.
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